Después de estar varios años en Alemania con la familia llegue de nuevo a España, otra vez a empezar a llamar a los contactos de siempre, amigos, para poder introducirme nuevamente en el mercado nacional, pues en esta profesión hay que estar activo y conectado.
En aquel entonces residía en Rubí, una ciudad a 22 kilómetros de Barcelona, donde un grupo de fans después de tanto tiempo de estar fuera, empezaron a convencerme de por qué no montaba una Asociación mía donde impartiera clases de Rumba pues habían muchas escuelas de flamenco pero ninguna que se dedicara a mi género “La rumba catalana”,
En principio no era mi plan, pero en base a la insistencia de todos esos amigos y como siempre, la casualidad de la vida me encontré con el Cegato, un amigo de muchos años que había comprado un restaurante cerquita de donde yo vivía y un día que fui a visitarlo y viendo las instalaciones le comente lo que me estaban proponiendo los amigos y fans de montar una Asociación y el enseguida me dijo “Mira yo tengo en los bajos del restaurante un sitio que podía servirte, si lo quieres para ti es” y bajamos a verlo.
La realidad es que eso no era ningún local, lo que vi cuando baje era un gallinero, pero le vi la posibilidad pues tenía unos ventanales, un acceso directo a la calle y lo importante que tenía hasta su baño. Lo arreglé, lo acondicioné, le puse el escenario, lo decoré con fotografías de todos los amigos y artistas conocidos en mi carrera, sería un local de unos 30 m².
Al cabo de unos 3 meses, ya lo conocía todo el mundo pues se había convertido en un local de éxito ya que era en esos momentos la primera Asociación Rumbera donde nuestro primer objetivo era fomentar la Rumba Catalana.
La Asociación Rumbera Paco Aguilera se llenaba, se llenaba y tanto se llenó que al final, tuvimos que buscar otro sitio pues allí no había aparcamiento y aparte como los fines de semana, viernes y sábados, muchos de los socios debutaban en el escenario y eso hacía que se formaran muy buenas fiestas.
Encontramos una vieja discoteca situada en la carretera de Tarrasa, muy cerquita de la policía Municipal, con dos plantas, mucho parqueo y decidimos mudarnos y establecer la nueva sede de la Asociación Rumbera en ese lugar lo cual fue un rotundo éxito incluso el Ayuntamiento de Rubí nos empezó a apoyar y contar con nosotros en todas las fiestas y festejos patronales. Por ahí pasaron debido a mi popularidad y amistad con muchos artistas infinidad de grandes personalidades.
Desde aquí le quiero dar las gracias al Ayuntamiento de Rubí por todo su apoyo a la asociación
y su ayuda al fomento de la RUMBA CATALANA. Realmente este es el momento en que quice volcar toda mi energia en hacer los talleres y cursos para que nuestros niños y adolescentes conocieran bien nuestras raices musicales.
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